La misión del Ministerio Centro Familiar Cristiano siempre ha sido clara: sembrar la semilla del evangelio en cada rincón de nuestra ciudad. Fue así como, en el 2003, esta visión nos impulsó a cruzar el río Sinú y extender la obra hacia la margen occidental de Montería. El punto de partida fue sencillo, pero significativo: un hogar en el barrio El Dorado abrió sus puertas para convertirse en un nuevo centro de predicación.

Cada semana, un dedicado grupo de líderes locales se embarcaba en esta travesía, llevando consigo no solo la Palabra de Dios, sino también el compromiso de formar nuevos discípulos. La constancia y la fe de este grupo de oración pronto dieron frutos, en una floreciente congregación que sirvió fielmente en El Dorado hasta finales de 2016.

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Un Nuevo Capítulo en Villanueva

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El crecimiento de la comunidad trajo consigo nuevas necesidades. Para el 2017, era evidente que se requería un espacio más amplio y adecuado para la adoración y el discipulado. Con gratitud y visión, la congregación se trasladó a una nueva ubicación, también en la margen occidental, dando vida a lo que hoy conocemos como la congregación del barrio Villa Nueva. Su inauguración en abril de 2017 marcó el inicio de una nueva etapa como Iglesia.

Con una década de existencia en esta vibrante zona de Montería, la congregación de Villa Nueva ha crecido exponencialmente, contando hoy con una membresía de aproximadamente noventa miembros. Sin embargo, más allá de los números, el verdadero impacto reside en la transformación positiva que la presencia de la iglesia ha generado en la comunidad. Innumerables almas han tenido la bendición de escuchar las buenas nuevas de salvación, permitiendo que la Palabra de Dios sea la fuerza motriz de un cambio profundo en sus vidas. La congregación de Villa Nueva es un testimonio vivo de fe, perseverancia y el poder transformador del evangelio. Es, verdaderamente, una "villa nueva" donde la fe arraiga y florece para la gloria del Reino de Dios.

German Ortíz: “Me parece muy importante  la influencia de la iglesia en cada uno de los lugares donde hace presencia, no solo en Montería, sino, en los municipios de Córdoba y los departamentos del país. Asimismo, me siento muy agradecido por la manera como fuí acogido por el ministerio CFC, al llegar por primera vez, con un hogar destruido y unas finanzas por el suelo, yo testifico que  Dios me salvó, perdonó y restauró  todo lo que estaba dañado en mi vida”.