
MONTELIBANO
Un Fruto de Fe y Crecimiento

Javier Enrique Prioló Flórez
Ministro Licenciado
Perfil personal
Casado y padre de dos hijas.
Educación
Licenciado en Teología Ministerial ISUM
18 años en el ministerio pastoral
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Contacto:
300
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Montelíbano, privilegiada por la fe, fue testigo del nacimiento de una impactante comunidad. En Enero 2010, gracias a la incansable labor de los misioneros de Planeta Rica, quienes se trasladaban semanalmente a este municipio con la visión de evangelizar; un pequeño grupo de oración tomó forma en la acogedora residencia del señor Rafael Mass Vyellard. Este pequeño inicio se convertiría en el semillero de una próspera congregación.
El crecimiento fue exponencial. A los dos meses,y ante la rápida fructificación del grupo hizo que el espacio inicial pronto resultara insuficiente. Ante la imperante necesidad de un lugar más amplio, se decidió arrendar el recién inaugurado auditorio del “Hotel Monare”, donde permaneció más de seis meses. Allí, cada miércoles a las 7 de la noche, se celebraban servicios que congregaban a un número cada vez mayor de fieles.
Tras varios meses en el auditorio del hotel, y con la congregación ya considerablemente crecida, llegó el momento de un nuevo y significativo paso: la adquisición de un local propio. Este espacio, se convirtió desde su inauguración en agosto del 2010 en el cimiento de su sede actual, el cual se fue construyendo por etapas hasta adecuarlo y convertirlo en un lugar de encuentro y crecimiento espiritual de la comunidad en Montelíbano.
Montelíbano es un municipio al sur del departamento de Córdoba Colombia, está ubicado sobre la margen derecha del río San Jorge, con una población de más de 100 mil habitantes aproximadamente; es reconocida como la “Capital Niquelera de América” por sus tierras ricas en ferroníquel, y en ella se ubica la mina de Níquel a cielo abierto más grande del continente, y la cuarta en el ámbito mundial.
Pastor Javier Prioló: “A los dos meses de estar haciendo los cultos en el auditorio del hotel donde se pagaban 50 mil pesos por hora, yo fui a cancelar el valor del auditorio y el administrador me miró y me dijo: a partir de ahora no van a pagar nada, y yo le dije; ¿cómo así? a lo que respondió: no, a partir de ahora ustedes van a tener ese espacio gratis, porque ustedes han sido de mucha bendición para el hotel. En este momento reafirmamos que esta obra era del Señor”.