Esta congregación tuvo su origen en el año 2017 en un grupo de oración que nació y permaneció durante un año en la casa de doña Enith Bechara Pastrana  en el kilómetro 10 vía a planeta Rica, donde asistían en promedio 50 personas. En vista del crecimiento del grupo familiar y con el direccionamiento de la Pastora Isidora Bruno y su equipo de evangelismo del Centro Familiar Cristiano de Montería, se cambiaron a un local de alquiler más amplio, dando paso oficialmente a la congregación el 8 de marzo del 2018.

 

Luego de permanecer por más de dos años en este lugar, la congregación atravesó dos grandes pruebas; la primera: la furia de la naturaleza llegó impetuosa con un torrencial aguacero y vientos huracanados arrasando el techo y causando serios deterioros en la  edificación; la segunda: llegó la pandemia del Covid-19 y con ella las restricciones conocidas.

 

En medio de las pruebas, Dios se glorificó de manera especial, porque la iglesia se motivó y siguió realizando cultos a pesar de las circunstancias adversas. Asimismo, en plena pandemia, Dios proveyó y movió a la iglesia para levantar un templo y construir, a pesar de la escasez y restricciones que había a nivel global.

 

El 7 de Agosto del año 2021 (post pandemia) el Pastor Presidente Oseías Pereira Da Silva junto a su padre Josè Pereira, hicieron presencia en el acto inaugural de la sede propia de la congregación del kilómetro 12, donde el Reverendo José Pereira fue el encargado de cortar la cinta de la ceremonia de apertura como un acto simbólico que marcó el inicio de una nueva etapa de la iglesia en este lugar.

 

Pastora Sonia González: “Al inicio de la pandemia y testigo de la situación de la congregación al no tener un lugar propio, mi madre (Enith Bechara Pastrana)  me dijo: yo quiero dejar un legado en el kilómetro 12, aquí tienes este dinero para que compres un terreno y edifiques templo para el Señor; de esta manera se adquirió el terreno, y mientras muchos estaban guardaditos, nosotros construíamos templo propio,  lo que llamó la atención de los que pasaban por el lugar, razón por lo que muchos (no creyentes) se sumaron a la obra donando insumos y materiales”.