El 5 de septiembre del 2004, nació oficialmente la congregación de Planeta Rica. Este día marcó un hito significativo para la fe en la región. El emblemático “Club Barú” abrió sus puertas para acoger el primer culto de oración de un grupo de fieles. Estos devotos, provenían de una célula familiar que había iniciado en enero de ese mismo año en una residencia de la localidad. Fue en este sencillo comienzo, donde el pastor presidente Oseías Pereira Da Silva, sembró la semilla de esta obra enviando a un dedicado misionero para encargarse de su desarrollo. 

 

Desde su fundación, la  congregación se ha consolidado como un pilar fundamental en el desarrollo del liderazgo del ministerio CFC internacional, el incansable esfuerzo de sus diferentes líderes, ha sido clave para la extensión del Reino de Dios en la zona de Planeta Rica. La congregación ha superado muchos desafíos, pero a la veraz, ha experimentado un crecimiento notable , no solo aumentando su número de miembros, sino también logrando la adquisición de una sede propia, y alcanzando reconocimiento dentro de la sociedad Planetarricense; pero su impacto no se ha limitado solo a Planeta Rica, esta congregación ha sido una fuerza pionera en la creación y expansión de la obra misionera en municipios vecinos; gracias a su visión y dedicación, se han levantado nuevas congregaciones que, de manera continua han fructificado y extendido el mensaje. La historia de la congregación de Planeta Rica es un testimonio del poder transformador de la fe y el compromiso, dejando una huella imborrable en la región. 

Planeta Rica es un municipio ubicado en el corazón del departamento de Córdoba. Conocida como “La Ciudad Bella y Cordial”, surgió a partir de la llegada de colonos atraídos por la extracción de quina, caucho e ipecacuana, esta última, planta medicinal de gran valor.  Fue elevado a municipio el 12 de enero de 1954. La zona tiene una rica historia indígena Zenú, con hallazgos arqueológicos como la “Guaca de Providencia en 1990”  que contenía piezas de oro exhibidas en el Museo  del Oro de Bogotá. Su economía se basa especialmente en la ganadería, la agricultura, la minería y el comercio, siendo la ganadería la que representa mayor participación dentro de la base económica municipal.