En el mes de julio del año 2000, como respuesta a la necesidad espiritual de varias personas que habitaban y comercializaban en este sector, la Iglesia Centro Familiar Cristiano Internacional tomó la decisión de abrir una Unidad de Evangelismo en el centro de Montería, exactamente en la calle 35 con carrera tercera esquina, antiguo Cine Sinú. En esa época, el centro, incluyendo la calle 35 con tercera, era una zona más compacta y menos desarrollada que la actual, tenía todo tipo de negocios, como tiendas de abarrotes, ferreterías, farmacias, restaurantes y pequeños hoteles, pero también existían bares, cantinas, billares y casas de lenocinio, lo que le restaba seguridad y atractivo  al lugar. 

 

A partir de entonces, el emblemático  Cine Sinú de la 35  que por muchos años fue el lugar de encuentro para los amantes del cine en la ciudad, se convirtió en un  sitio de predicación y enseñanza de la Palabra de Dios, donde las almas sedientas y necesitadas han encontrado respuesta  a sus carencias  espirituales y emocionales; y un refugio en tiempos de crisis. 

 

En consecuencia, desde su fundación en julio del año 2000, la presencia de la Iglesia ha marcado un hito significativo en la zona,  desarrollando un trabajo arduo y continuo en la evangelización, permitiendo que cientos de personas conozcan el mensaje de salvación y entregado sus vidas al Señor Jesucristo. Todo esto acompañado con el servicio de consejería, acompañamiento familiar, y el apoyo psicosocial; por esta causa, y después de más de dos décadas de trabajo responsable, la congregación se ha consolidado con un liderazgo firme dando cumplimiento a  la misión por la que fue creada.

 

Aunque todavía quedan obras por hacer, la zona céntrica de la 35 en Montería experimenta una transformación importante, la Alcaldía implementó el proyecto denominado “Pasaje de la Flores” con nuevos pavimentos, espacios públicos, andenes, señalización y arborización, se construyó un mobiliario urbano  y se instalaron más de 100 casetas donde se reubicaron vendedores estacionarios que ocupaban el espacio público. Asimismo, la infraestructura de la gran mayoría de casas y edificios se han remodelado, los negocios de bares y cantinas desaparecieron, permitiendo un ambiente más fresco, confortable y seguro al entorno. Sin duda, donde llega la Iglesia, llega la bendición.